Puesto de vigilancia en la frontera entre República Dominicana y Haití, con militares dominicanos reforzando la seguridad ante el creciente flujo migratorio.

Santo Domingo, La historia y la migración han estado profundamente entrelazadas en la República Dominicana. Sin embargo, el debate sobre la migración haitiana no es solo un tema humanitario, sino también un desafío de seguridad y soberanía nacional.

El problema no radica en la migración en sí, sino en el descontrol migratorio, el impacto en los servicios públicos y el aumento de la criminalidad en algunas regiones. Para comprender este fenómeno, es crucial analizarlo en su contexto histórico y geopolítico.

Historia de un Conflicto Persistente

Desde la ocupación haitiana de 1822-1844, la relación entre ambos países ha estado marcada por tensiones. La Masacre del Perejil en 1937, bajo el régimen de Trujillo, dejó heridas profundas en la historia binacional. Sin embargo, estos eventos no deben ser utilizados para desviar la conversación actual sobre el impacto de la inmigración masiva.

Pocos saben que República Dominicana ha sido invadida en siete ocasiones, no solo por Haití, sino también por otras potencias extranjeras. Esta realidad histórica refuerza la necesidad de proteger la soberanía nacional. 

Impacto Actual de la Inmigración Masiva

El crecimiento descontrolado de la migración haitiana ha generado una crisis de servicios públicos, especialmente en salud y educación. Según datos oficiales, más del 30% de los partos en hospitales dominicanos son de mujeres haitianas, generando una carga económica significativa.

Además, en los últimos tres años, la criminalidad vinculada a ciudadanos haitianos ha aumentado, con más de 200 homicidios en 2024, representando un 16% del total de asesinatos en el país. No se puede ignorar que grupos criminales haitianos han comenzado a operar en territorio dominicano, escapando del caos en Haití.

Soberanía y Políticas Migratorias

Ante esta realidad, las deportaciones masivas y los muros fronterizos son medidas que, aunque necesarias, deben complementarse con un mayor control fronterizo y una política migratoria clara y firme.

La seguridad nacional no puede estar sujeta a presiones internacionales ni a narrativas que buscan desacreditar la legítima defensa de la soberanía dominicana. No se trata de fomentar odio, sino de garantizar que las leyes migratorias se cumplan, como lo hacen Estados Unidos y otras naciones.

Un Futuro Basado en la Realidad

La solución a este problema no está en la aceptación pasiva ni en discursos que promuevan una integración forzada sin planificación. Es necesario un enfoque que combine:

  • Fortalecimiento del control fronterizo y aplicación de leyes migratorias.
  • Colaboración internacional para estabilizar Haití y reducir la migración irregular.
  • Protección de los recursos y derechos de los dominicanos, evitando el colapso de los servicios públicos.

En conclusión, República Dominicana enfrenta un desafío que no puede ser ignorado. Defender la soberanía no es un acto de racismo, sino un derecho de todo país. La solución no está en la división, sino en una política migratoria firme, realista y enfocada en proteger a la nación.

 

 

By Miguel Garay

Mi Biografía Profesional Miguel Garay Historiador, investigador militar e ingeniero en informática. Apasionado por la historia, la estrategia militar y la política. Defensor de la soberanía y la identidad dominicana, comprometido con la educación cívica y el pensamiento crítico. 📲 Sígueme en https://www.tiktok.com/@periodismo_militar