El 10 de marzo de 2025, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, anunció la cancelación del 83% de los programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), tras una revisión de seis semanas. Esta decisión implica la terminación de 5,200 contratos que, según Rubio, gastaron decenas de miles de millones de dólares de manera que no servían, e incluso perjudicaban, los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos. Los programas restantes serán administrados por el Departamento de Estado para mejorar su eficacia.
En la República Dominicana, sectores conservadores han expresado durante años su preocupación por la influencia de USAID en asuntos internos del país. Estas voces critican que, bajo la apariencia de ayuda al desarrollo, la agencia ha promovido agendas que no siempre se alinean con los valores y prioridades dominicanas. Por ejemplo, se señala que ciertos programas han intentado influir en políticas locales y en la cultura nacional, lo que es percibido como una intromisión en la soberanía del país.
La cancelación masiva de estos programas por parte de Estados Unidos es vista por estos sectores como una oportunidad para que la República Dominicana recupere el control total sobre sus políticas y proyectos de desarrollo. Sin la influencia de USAID, se abre la posibilidad de diseñar e implementar iniciativas que respondan verdaderamente a las necesidades y valores del pueblo dominicano, sin interferencias externas que puedan tener agendas ocultas.
En este nuevo contexto toca de que las autoridades dominicanas evalúen cuidadosamente qué proyectos son realmente beneficiosos para el país y cuáles podrían haber estado promoviendo intereses foráneos. La colaboración con organizaciones internacionales debe basarse en el respeto a la soberanía nacional y en la alineación con las prioridades locales, garantizando que cualquier ayuda externa contribuya genuinamente al bienestar de la nación.
La decisión de Estados Unidos de cancelar la mayoría de los programas de USAID puede ser vista como una oportunidad para que la República Dominicana reafirme su soberanía y enfoque sus esfuerzos en proyectos de desarrollo que reflejen auténticamente las necesidades y aspiraciones de su pueblo.