Operativo de misioneros adventistas en Puerto Plata: solidaridad con riesgos de dependencia
Puerto Plata – 10 julio de 2025 | Redacción Trabuco Digital
Lo que se anunció:
Un grupo de más de 50 misioneros adventistas de Estados Unidos y República Dominicana realizó un operativo de asistencia en comunidades vulnerables de Puerto Plata. Durante una semana se llevaron a cabo acciones sociales, médicas y educativas: entrega de medicamentos, alimentos, reparación de viviendas y actividades para niños, beneficiando directamente a más de 220 menores.
Lo que encontramos al investigar
La iniciativa aparece documentada en redes sociales:
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En Facebook, el grupo “Seamos Sabios” anunció la participación de distritos adventistas de EE. UU. (Yonkers y Prospect) entre el 27 de junio y el 6 de julio, llevando servicios médicos, alimentos y esperanza a varios sectores
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Otro post menciona más de 14 médicos voluntarios y 50 laicos ofreciendo atención médica, medicinas y asistencia básica en la zona
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Un reel reciente de Instagram (publicado hace unos días) muestra a los misioneros de Puerto Plata trabajando en proyectos comunitarios y limpieza, reforzando su integración en barrios locales
Análisis y cuestionamientos
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La ayuda llega donde el Estado no está
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El despliegue de recursos sociales y sanitarios representa alivio real para familias sin acceso a servicios básicos. Sin embargo, debería ser el Estado quien garantice esas atenciones.
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El peligro de la dependencia
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Cuando organizaciones religiosas extranjeras se convierten en proveedoras principales de servicios, se corre el riesgo de que el Estado abdique de su rol y las comunidades esperen asistencia externa.
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Influencia ideológica y control social
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La intervención misionera puede crear lealtades basadas en gratitud, dificultando que la comunidad exija responsabilidad estatal. Esto es especialmente preocupante si se usa para ganar influencia cultural o política.
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Falto de presencia estatal
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La ausencia gubernamental en salud, educación y vivienda queda evidenciada por la necesidad de que actores no estatales intervengan. Es una muestra clara de debilidad institucional.
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Conclusión
Este operativo misionero representa un acto de solidaridad genuina, pero al mismo tiempo expone una gran fragilidad estructural: cuando la intervención humanitaria se convierte en sustituto de la intervención estatal, la soberanía social se debilita.
El reto es evidente: mantener la ayuda sin hipotecar el desarrollo institucional. El Estado debe asumir plenamente su responsabilidad y garantizar que estos actos de solidaridad no se conviertan en la nueva normalidad de abandono.
Reflexión final
Puerto Plata necesita más que voluntarios; necesita un Estado presente y eficaz. La ayuda internacional no debe convertirse en excusa para la ausencia de respuestas nacionales. Ese es el desafío que enfrentamos como sociedad.